viernes, octubre 28, 2005

Un nuevo comienzo

Parece que la maldad hubiera triunfado. ¿Qué podrías haber hecho? Las cosas no estaban en tu control. Era lógico, era lo previsible. Era una fuerza más grande. Estaba aprovechándose de la debilidad. Tal vez no había manera de escapar. Además tenía un aliado al interior. Un infiltrado que le estaba ayudando. ¿Quien podría haberse dado cuenta? Era la persona de confianza. Confiabas en sus capacidades, confiabas en su sabiduría, confiabas en que estaría del lado del bien.



¿Cómo podrías haberte dado cuenta que no era solo una fantasía?
¿Cómo podrías saber que la historia del cine estaba pasando en tu vida? ¿Cómo podrías saber que la lucha por el bien y el mal se estaba dando en tu corazón? No era muy lógico. No era muy verificable. Pero era cierto. Estaba escrito desde la antigüedad.

Ahora quisieras escapar. Quisieras acostarte en tu cama y olvidar todas las cosas. Que al despertar tu vida fuera diferente. Quisieras buscar una nueva vida. Comenzar de cero. Te hubiera gustado ir a un sitio donde nadie te conociera. A donde pudieras comenzar una nueva vida. Quizás pensaste en cambiarte de nombre. En cambiar de amigos, de trabajo, de casa, de pais, de ….. Pero algo te detiene. Llevas en tu interior algo que no te permite dar ese paso. Llevas una carga de la que no te has podido deshacer. Te han dicho que el tiempo lo cura todo, pero ya estas cansado de esperar.

Solo levanta tus ojos, hay una nueva esperanza. Las antiguas verdades siguen siendo válidas. La Biblia dice en Juan 3:3 que Jesús de Nazareth dijo “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” ¡Un nuevo nacimiento! Eso era lo que estabas buscando. No solamente un cambio externo. No solo un cambio social. No solo un cambio laboral, ni tampoco sentimental. Es un cambio radical. ¿Cómo más podrías cambiar de vida sino es naciendo de nuevo? Sería ideal. Sería espectacular poder comenzar de cero. Olvidar el pasado. Cambiar completamente de vida. Que las cosas que soñaste pudieran convertirse en realidad.

¡Y es tan fácil y sorprendente!. No tienes que entrar otra vez en el vientre de tu madre. Jesús dijo en Juan 3:5-6 De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” No lo digo yo. No lo dicen los sicólogos. No lo dice la cultura popular. Son las palabras del Hijo de Dios. ¡Tienes que nacer de tú espíritu!.


¿Por qué no simplemente le crees y te abandonas en sus manos como un niño? ¡El sabe como cuidarte! Dale la oportunidad de demostrar que lo que Él dice es cierto. Está confirmado por 2000 años de historias en personas como tú y como yo.

Sólo escríbenos a lacuevadeadulam@gmail.com, nos gustaría saber de tu decisión de cambiar de vida.

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