Un aporte de Carlos Cuervo para nuestros lectores.
La ciencia aumentará no es solamente una señal antes del fin y tampoco tiene una congnotación negativa. El mero echo de que la ciencia aumente es evidencia, primero, de que la Biblia está en lo correcto y segundo que es parte natural y lógica de la progresión del ser humano dentro de la creación.
Por siglos, la creencia de que la ciencia era pagana y secular, razón por la cual debía estar separada totalmente de lo sagrado fue un factor que no solamente estancó el crecimiento y desarrollo de la humanidad, si no que dejó una herencia de la cual lamentablemente aun vivimos las consecuencias. Científicos como Galileo Galilei, Nicolás Copernico, músicos como Elvis Presley y artistas como Charles Chaplin entre otros, recibieron no solamente la mueca de disgusto por parte de la iglesia y la religión de entonces. Algunos también fueron perseguidos durante el oscurantismo, otros sentenciados a muerte y ejecutados. Con ellos no solo fueron rechazadas nuevas ideas, perseguidas verdades científicas y condenados grandes inventos. Con ellos también murieron las oportunidades de mostrar al mundo una transformación social que acogiera las ciencias, las artes y las comunicaciones.
No yéndonos tan lejos, años atrás se condenaban los medios de comunicación, en especial la televisión como responsable de la creciente depravación e inmoralidad a la que se exponía una nueva generación la cual aprendía mas de lo audio-visual que de lo escrito. Ministros representantes de la iglesia llamaron literalmente a este medio "el cajón del diablo" idea que inicialmente fue aceptada como estrategia reactiva, simplemente porque no existía una forma proactíva de contrarrestar la inmoralidad y propagar la Verdad a las multitudes. Paradójicamente estos mismos ministros han comprendido que a través de los medios masivos y tecnológicos su mensaje puede llegar más lejos y claro a una generación indiferente como la nuestra. Al punto que ellos son los propietarios de grandes cadenas de televisión con transmisiones satelitales en todos los continentes. Esta misma paradoja se aplica hoy a los medios escritos, las expresiones artísticas como la música contemporánea, la danza y coreografía, el teatro, los deportes, la tecnología y la Ciencia.
Recientemente a aumentado la preocupación de muchos acerca del contenido al cual se puede tener acceso en el Internet, de los temas controversiales que se desarrollan en las películas mas taquilleras en el cine, la persecución política a las comunidades religiosas, la apatía de la juventud hacia la religión a pesar de su evidente interés en lo espiritual y en fin de una u otra manera muchos prefieren hacerle mala cara y ser indiferentes, otros reaccionan criticando lo que ni siquiera conocen a profundidad y la modalidad que para una gran mayoría a resultado efectiva es crear su propio "ghetto" o grupo privado de comodidad.
Hoy en día la forma en que perpetuamos la separación entre lo secular y lo sagrado, filosofía que tanto daño ha traído a la verdadera propagación de la Verdad transformadora y los principios bíblicos, es creando círculos sociales donde la religión se mantenga cómoda y al margen de la "mundanalidad". Tenemos nuestras propias cadenas de televisión con contenido aceptable para los estándares del momento, una extensa subcultura de la música cristiana y las artes "celestiales", hemos creado nuestro propio (aunque pobre) criterio de aceptar o no lo que la ciencia ofrece y propone, la educación se ha enfocado en ser una alternativa rentable, pero en ocasiones cuestionable en cuanto al impacto en la generación emergente. El Internet es la nueva conexión que aunque tímidamente está sacando del cascaron a muchos y exponiéndonos ante una "Aldea Global".
Entonces, ¿cúal es la esperanza en este nuevo milenio?
viernes, enero 13, 2006
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