¿Qué haces aquí? Parte 5

Es tiempo de confrontar tu vida, no con lo que la religión dice, ni con lo que la sociedad acepta, ni con lo que tu conciencia te soporta, sino con lo que Dios mismo dice. ¿Por qué?. Sencillamente porque él es el juez supremo. Él es quien finalmente te juzgará. Sólo él determinará si tu vida cumplió los mínimos estándares de calidad que el esperaba. En ese día poco importará lo que hayan dicho los demás acerca de ti, lo que tu mismo creías y lo que tu religión aceptaba o negaba. La única medida la tendrá Dios mismo.

Por eso revisa tu vida contra las palabras de Dios. La biblia dice en Apocalipsis 3:1 "Estoy enterado de todo lo que haces, y sé que tienes fama de obedecerme fielmente. Pero eso no es verdad. ...". O sea Dios ve que tenemos fama de ser seguidores de él, pero no hacerlo en realidad. O sea nuestra fama y buen nombre de cristianos no lo convence. A él solo lo convencen los hechos. Él no se impresiona por la fachada pues el ve el interior.

Apocalipsis 3:2 "Así que levántate y esfuérzate por mejorar las cosas que aún haces bien, pero que estás a punto de no seguir haciendo, pues he visto que no obedeces a mi Dios.". Dios quiere que vuelvas a esforzarte en tu vida espiritual. Él sabe que estas a punto de dejar de hacer esas cosas que mejoran tu vida espiritual. Él conoce tus desánimos y tristezas, pero quiere que te sobrepongas y vayas adelante. Él quiere que vuelvas a la obediencia completa. Él te quiere cerca, no solo de imágen sino de corazón.

Apocalipsis 3:3 "Acuérdate de todo lo que has aprendido acerca de Dios, y arrepiéntete y vuelve a obedecerlo. ". Por eso él quiere que recuerdes lo que sabes de Dios. Él quiere que recuerdes y tomes la decisión de volve a él. Tú sabes que él no va a pasar por alto tus pecados. Él quiere perdonarte y restaurarte, pero requiere que te arrepientas y abandones tu camino y te vuelvas a él.

Apocalipsis 3:3 "Si no lo haces, iré a castigarte, y llegaré cuando menos lo esperes; lo haré como el ladrón, que nunca se sabe cuando llegará a robar." . No tientes a Dios. No creas que vas a poder engañarlo, ni vas a poder escapar de él. Recuerda que él el eterno y ni tú no yo nos acercamos a sus capacidades.